¿Si esto es el presidente del banco mundial qué podemos esperar el resto de los mortales?

Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial, en su visita a Turquía tuvo que quitarse los zapatos para entrar en una mezquita. El decía que no, que esperaba afuera, que qué verguenza con los dueños de la casa, pero el ministro de Finanzas, Ali Babacan le decía: Pase usted, está en su casa. Se hizo el loco e intentó entrar con los zapatos puestos, pero ante las miradas de los presentes se tuvo que quitar las botas (ayer había dicho que “mañana me vengo ‘e botas”) y ante el asombro de todos los fotógrafos floreció su dedo gordo por entre una tremenda galleta, tomate, hoyo, agujero, tronera, huecotote en la media.
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