
Pocas veces se había realizado un esfuerzo conjunto de comprensión similar a éste. Once investigaciones diferentes, todas ellas en un mismo número especial de Science, para reunir todo lo que se sabe sobre uno de los homínidos más antiguos de los que se tiene noticia, Ardipithecus ramidus, un antepasado de los humanos actuales que prosperó en lo que hoy es Etiopía hace casi cuatro millones y medio de años. Lo que le sitúa muy cerca del momento en que se cree que vivió el último ancestro común entre humanos y chimpancés.
Se piensa que el último antepasado común entre humanos y chimpancés prosperó en África hace, como mínimo, seis millones de años, aunque aún no se han encontrado restos de ningún ejemplar. Por eso, aunque muy antiguo, Ardi no lo es tanto como para ser considerado ese antepasado común, aunque sí que conserva muchas de sus características anatómicas.
Si pudiéramos ver uno vivo, nos resultaría extrañamente familiar, ya que nos parecería un mono, sí, pero con una serie de rasgos que sólo poseemos nosotros. Los Ardipithecus son hasta un millón de años màs antiguos que "Lucy". Y hasta que empezaron a aparecer los primeros restos (descubiertos en 1992 por Tim White), apenas si se conocía algún fósil de homínido que fuera anterior a ella.

Para sorpresa de los científicos, Ardi no se parece en nada a los chimpancés y gorilas actuales, pero sí que tiene indudables analogías con nuestra propia especie. "Nos hemos encontrado con un antepasado, no con un chimpancé", asegura el propio Tim White. Muy al contrario, el esqueleto de Ardi, junto a fragmentos sueltos de otros 35 individuos de Ardipithecus ramidus, sacan a la luz un nuevo tipo de homínido primitivo que no es ni chimpancé ni humano. Una especie que el equipo de investigadores cree que puede estar en la misma línea evolutiva que desembocó en los Australopithecus como Lucy. Los fósiles de Ardi constituyen un nuevo escalón evolutivo en la historia de los homínidos.
Se piensa que el último antepasado común entre humanos y chimpancés prosperó en África hace, como mínimo, seis millones de años, aunque aún no se han encontrado restos de ningún ejemplar. Por eso, aunque muy antiguo, Ardi no lo es tanto como para ser considerado ese antepasado común, aunque sí que conserva muchas de sus características anatómicas.
Si pudiéramos ver uno vivo, nos resultaría extrañamente familiar, ya que nos parecería un mono, sí, pero con una serie de rasgos que sólo poseemos nosotros. Los Ardipithecus son hasta un millón de años màs antiguos que "Lucy". Y hasta que empezaron a aparecer los primeros restos (descubiertos en 1992 por Tim White), apenas si se conocía algún fósil de homínido que fuera anterior a ella.

Para sorpresa de los científicos, Ardi no se parece en nada a los chimpancés y gorilas actuales, pero sí que tiene indudables analogías con nuestra propia especie. "Nos hemos encontrado con un antepasado, no con un chimpancé", asegura el propio Tim White. Muy al contrario, el esqueleto de Ardi, junto a fragmentos sueltos de otros 35 individuos de Ardipithecus ramidus, sacan a la luz un nuevo tipo de homínido primitivo que no es ni chimpancé ni humano. Una especie que el equipo de investigadores cree que puede estar en la misma línea evolutiva que desembocó en los Australopithecus como Lucy. Los fósiles de Ardi constituyen un nuevo escalón evolutivo en la historia de los homínidos.
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